Cristóbal Colón usó la Biblia en su navegación en el encuentro de América, dicen historiadores

Aunque la mayoría de los estadounidenses saben la importancia histórica de Christopher Columbus, pocos saben que sus navegaciones también tenían motivaciones religiosas.

Colón decidió explorar las Indias porque creía que, según los cálculos escatológicos, el momento de la vuelta de Jesucristo estaba cerca. Por eso, era necesario llegar a las Indias por el camino más corto posible, para que “el último baluarte de Satanás pudiera ser eliminado a través de las misiones cristianas”, de acuerdo con la Enciclopedia Británica.

Al contrario de lo que dice la leyenda, Colón no navegó para probar que la Tierra era redonda la mayoría de los marineros ya lo sabía. Él calculó el tamaño del Océano Atlántico leyendo su Biblia.

De acuerdo con el investigador Thomas S. Giles, que había leído en el libro apócrifo de Esdras II (que no está incluido en el canon bíblico) que Dios creó el mundo en siete acciones, en las cuales seis se convirtieron tierra seca , y se convirtió en el séptimo agua. “Se calcula que el océano que separa a Portugal desde Cipango (Japón) fue una séptima parte de la Tierra circunferencia, o cerca de 2.400 millas. “Él se imaginó que navegando 100 millas al día, él podría llegar a las Indias en 30 días”, dijo al sitio Christianity Today.

Colón y el judaísmo

Además de las navegaciones, Colón era tomado por el gran deseo de liberar a Jerusalén de manos de los musulmanes. Sus aspiraciones han hecho algunos estudiosos concluir que, en realidad, sus orígenes son judíos.

Los judíos que fueron forzados a renunciar al judaísmo y abrazar el catolicismo eran conocidos como “convertidos”. Había también aquellos que fingían la conversión, practicando el catolicismo exteriormente, mientras practicaban secretamente el judaísmo, los llamados “marranos”.

Decenas de marrano de personas fueron torturados por la Inquisición española. Ellos fueron forzados a dar nombres de amigos y familiares, que acabaron siendo quemados vivos ante multitudes y teniendo sus posesiones tomadas por la Iglesia Católica y por la corona.

Análisis de la evidencia

En los últimos tiempos, los estudiosos españoles como José Erugo, Celso García de la Riega, Otero Sánchez y Nicolás Dias Pérez, concluyeron que Colón era un marrano, cuya supervivencia dependía de la supresión de todas las evidencias de su origen judío ante la persecución.

El testamento de Colón, firmado por él el 19 de mayo de 1506, tenía peticiones reveladoras. Dos de sus deseos-diezmo del 10% de su ingreso a los pobres y la donación de un dote anónimo para las niñas carentes forman parte de las costumbres judías. También ordenó el pago de dinero a un Judio que vivió en la entrada del barrio judío de Lisboa.

En ese documento, Colón usaba una firma triangular de puntos y letras que se asemejaba a las inscripciones encontradas en lápidas de cementerios judíos en España. Según el historiador británico Cecil Roth, el anagrama simbolizaba al Kadish, una oración recitada en la sinagoga tras la muerte de un pariente cercano.

Estelle Irizarry, profesora de lingüística de la Universidad de Georgetown, observó que en el canto superior izquierdo de las cartas escritas por Colón a su hijo, Diego, contenía las letras hebreas bet-hei, que significa b’ezrat Hashem (con la ayuda de Dios). Esta bendición solía ser agregada por los judíos en la época. Ninguna carta para personas de fuera cargaba esta marca.

Simon Wiesenthal, un superviviente del Holocausto que se hizo famoso después de la Segunda Guerra Mundial por su trabajo en la captura de nazis, sostiene que el viaje de Colón fue motivado por el deseo de encontrar un refugio seguro para los Judios antes de su expulsión de España.

Motivado por Jerusalén

Carol Delaney, antropóloga cultural de la Universidad de Stanford, concluye que Colón era un hombre profundamente religioso cuyo objetivo era viajar a Asia para obtener oro, para financiar una cruzada para recuperar Jerusalén y reconstruir el templo sagrado de los judíos.

Una de las pruebas de sus verdaderos motivos es la fecha en que Colón navegó: 2 Agosto de 1492, que coincidió con la fiesta judía de Tishá Be Av, que marca la destrucción de la Primera y Segunda Templos en Jerusalén. Colón pospuso esa fecha para evitar embarcar en el día de fiesta, lo que habría sido considerado por los judíos como un día de azar para partir.

Al contrario de lo que se cree, el viaje de Colón no fue financiado por la reina Isabel, sino por dos judíos convertidos y otro judío prominente. Louis de Santangel y Gabriel Sanchez hicieron un préstamo sin intereses de 17.000 ducados de sus propios bolsillos para ayudar a pagar el viaje, así como Don Isaac Abrabanel, rabino y estadista judío.

De hecho, las dos primeras cartas que Colón mandó de vuelta de su viaje no fueron a Fernando e Isabel, sino a Santangel y Sanchez, agradeciéndoles por su apoyo y diciéndoles lo que él había encontrado.

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