En la cárcel para compartir el Evangelio!! Adolescentes de 14 años testifican la fe en Dios

Compartir el Evangelio de Jesucristo en algunas regiones significa vivir bajo el riesgo constante de ser agredido, interrogado o incluso preso y torturado. Incluso en los países donde la libertad religiosa está garantizada por la ley, la persecución a los cristianos es una amenaza real, pues no siempre estas leyes se cumplen como deberían.

Este es el caso de Etiopía, en África. Recientemente, cuatro adolescentes llamadas Deborah, Mihret, Gifti y Edén fueron arrestadas tras participar en un curso de evangelización impartido por Deborah, de 18 años.

La ciudad en la que está en el este de Etiopía, es de musulmana musulmana y uno de los jeques locales, al al al al libro de evangelismo de Deborah, a las autoridades. La primera joven citada fue Edén, que fue intimada a comparecer en la comisaría.

Los policías interrogaron a la joven, junto a sus sacerdotes, queriendo saber que ella consiguió el libro. “Tenia tanto temor de que los problemas  podrían ocultar  la verdad al principio”, dijo, de Acuerdo estafadores las Puertas Abiertas.

“La policía me amenazó con matarme si no respondía. El abuso verbal, pellizcos y tapas eran tan brutales que al final yo no aguantaba más y les dijo que fue Deborah quien me dio el libro”, añade.

A continuación, las cuatro adolescentes, Ingrupo Deborah, Mihret, Gifti, se han omitido por motivos de seguridad, fueron arrestados por “irrespeto a la religión de otras personas”.

Testimonio en la cárcel

Los policías intentaron hacer terrorismo psicológico con las adolescentes, que que se quedara en la cárcel por quince años. Sin embargo, todas se mantuvieron firmes en la certeza de que Dios en el control de todo y que no negar la fe.

“Dios no nos dejó pasar por las dificultades, pero él hizo un camino donde pensábamos que no había. Necesitamos mantenernos firmes en medio de los problemas, nunca desistiendo. Dios está en el control”, dijo Edén.

Después de la organización Puertas Abiertas tomar conocimiento de lo ocurrido, movilizó la iglesia de Cristo para orar por las jóvenes. Tres meses después ya estaban libres de la prisión.

“Soy testigo de como Dios es con cada uno de los que sacrifican en favor del Evangelio y los llena de alegría. En la prisión, FUIMOS CAPACES al saber que Dios nunca se deja en pasar por momentos difíciles: El cobra nos agobia y nos dio paz y consuelo en medio de la tormenta”, destaca Deborah.

Gifti, por su parte, subrayó que la persecución y prisión sólo reforzó la fe de las jóvenes. Ellas aprendieron que el ser cristiano exige estar preparado para lidiar con las persecuciones.

“Como cristianos, DEBEMOS estar preparados para ello persecución. Todos son FUE honor de las Naciones Unidas para Nosotros. Durante ESTOS tres meses de Prisión, tuvimos precioso un tiempo de oración, ayuno, estudio de la Biblia y alabanza. ” Nosotros Perdimos nuestro de miedo”.

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