Arzobispo pide que las escuelas cristianas acepten la identidad de género “sin juicio”

Los cristianos tienen la obligación de tratar bien a todos, insiste el arzobispo Justin Welby, principal líder de la Iglesia Anglicana. En el Reino Unido, más de 5.000 escuelas públicas son mantenidas por su denominación, que tiene el estatus de iglesia oficial.

Pero por su teología liberal, que predica que Dios es sólo amor, nunca juez, Welby hizo declaraciones polémicas esta semana. Él defendió que los niños deberían ser libres para explorar las muchas formas de identidad de género, sin que con ello sean etiquetados o intimidados.

Según las nuevas directrices educativas del país, deben tomarse medidas para acabar con el bullying relacionado con la orientación sexual o identidad de género.

Según ha informado el diario independiente de las palabras del arzobispo fueron: Cada intimidación, incluyendo homofóbico, transfobica la bifóbico y causa devastación, estos niños pueden ser llevados a los niveles más altos de desórdenes mentales, depresión y suicidio.

Está en el centro de la teología cristiana la idea de que todos somos hechos a imagen de Dios, todos estamos amados incondicionalmente por Dios, debemos evitar, a toda costa, disminuir la dignidad de cualquier persona debido a un estereotipo o problema, enfatizó.

Las directrices de las escuelas inglesas, incluidas las confesionales, dan cuenta de que todas deben promover la dignidad para todos los niños, para ello, necesitan permitir a los alumnos aceptar la diferencia de todas las variedades y recibir apoyo para aceptar su propia identidad de género o orientación sexual y la de los demás.

En los primeros años de vida y durante la escuela primaria, el juego debe ser una característica de la explotación creativa, los estudiantes necesitan tener la oportunidad de jugar con las muchas formas de identidad a veces literalmente usando diferentes ropas, los niños deben tener la libertad de explorar las posibilidades de quienes puedan ser, sin juicio ni escarnio, afirma la nueva recomendación.

Entonces vino la porción más controvertida de su pronunciamiento: Por ejemplo, un niño puede elegir una ropa de ballet, una tiara de princesa y el tacón alto o el casco de bomberos, el cinturón de herramientas y la cubierta de superhéroes, sin expectativas o comentarios, estas directrices ayudarán a las escuelas a ofrecer el mensaje cristiano de amor, alegría y celebración de nuestra humanidad, sin excepción o exclusión.

Obviamente, grupos cristianos discrepaban de esas recomendaciones al mismo tiempo que reclaman que todas las voces discordantes están siendo silenciadas o etiquetadas de prejuiciosas.

Según Christian Concern, ONG conservadora, hay profesores siendo perseguidos en el aula por discrepar, uno de los casos más conocidos es del profesor de matemáticas de Joshua Sutcliffe, que fue alejado del cargo y obligado asistir a una audiencia disciplinaria por haber llamado a una alumna chica aunque ella prefiere ser llamada chico.

Christian Concern dice que Joshua intenta equilibrar su fe cristiana, que establece que el sexo es definido en el nacimiento, con la necesidad de tratar a los alumnos con la sensibilidad debida.

La manera agresiva como la ideología transgénero está siendo impuesta y está perjudicando mi libertad de creencia y de conciencia, así como la conciencia de muchas personas en toda nuestra nación, desahogó el profesor.

Andrea Williams, directora del Centro de Derecho Cristiano, que está defendiendo a Sutcliffe en el proceso, afirmó: Ese es uno de los muchos casos que estamos encontrando, donde profesores están siendo silenciados o castigados por negarse a seguir esa moda transgénero. Todos sabemos lo que hemos cambiado en los años de adolescencia, es vital que durante estos años ayudemos a nuestros niños a vivir en el sexo biológico en que nacieron en vez de animarlos a cambiar de género, si nosotros las alentamos, no será legal ni demostrará compasión, será algo cruel.

El Servicio de Desarrollo de Identidad de Género, con sede en Londres, indica que cada año aumenta el número de niños atendidos por sentirse confusos sobre su género. El total de niños entre 3 y 7 años se ha cuadruplicado desde 2012.

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