Ex-gays quieren el derecho de hablar sobre el cambio de vida después de tener un encuentro con Cristo

Hombres y mujeres que antes de identificar con el segmento LGBT quieren testificar públicamente cómo el Espíritu Santo transformó sus vidas. Ellos están organizando una nueva Marcha de la Libertad, esta vez en Los Ángeles el 4 de noviembre.

Ellos harán un acto público para contar sus testimonios personales de cómo abandonaron el estilo de vida y la identidad homosexual, bisexual o transgénero a causa de la gracia y del poder transformador de una relación con Jesucristo.

“California es realmente un foco político ahora que están tratando de aprobar un proyecto de ley que prohibiría la terapia para personas con atracciones no deseadas por el mismo sexo”, explica McCall al Christian Post.

Que se estrenará en Estados Unidos, “Boy Erased”, protagonizada por Nicole Kidman y Russell Crowe, que sólo llega a Brasil en 2019. El largometraje cuenta la historia de un joven cuyos padres evangélicos lo obligan hacer terapia y oraciones para dejar de ser gay.

McCall cuenta que desde el momento en que llegó al público hablar sobre el derecho a la “libertad de expresión” de los ex LGBTs recibió amenazas. Pero él también fue buscado por mucha gente que lo agradecía, pues vivían ese problema. Él destaca que aunque pocos se dispusieran a participar de la marcha en persona, ella tuvo miles de vistas en línea. Esto es una señal fuerte que hay muchos que sienten ganas de cambiar, aunque no tienen el coraje de afirmar esto públicamente.

“Necesitamos tener un equilibrio. La ley vino por Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo. Usted no puede simplemente citar Escrituras para los LGBTs y hablar la verdad de la condenación sin mostrarles también la gracia, el poder del Espíritu Santo y el amor de Jesús por ellos. También no puede simplemente hablar de la gracia y decir: ‘Bueno, ahora haz lo que quieras’, evalúa.

Citando Juan 8, cuando Jesús defendió y ministró a la mujer atrapada en adulterio, subraya que él también le dijo: “Ve y no peques más”. “Bueno, yo quería ver más iglesias haciendo eso”, concluye McCall.

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