HÉROES DE LA FE!! 4 años de sufrimientos y torturas a causa de su fe, hoy testifica que permaneció firme

Una mujer cristiana pakistaní quien fue encarcelada un cargo falso de blasfemia contó en una entrevista reciente como paso cuatro años en confinamiento solitario y periódicamente la dejaban sin comer, todo esto debido a su fe en Cristo.

Usando el seudónimo de “Saima”, la mujer de la nación asiática donde el 97 por ciento de la mayoría es musulmana detallo en una entrevista con la BBC como es que fue acusada de profanar el libro santo del islam.

Ella dijo que la acusación de que ella destruyo una copia del Corán fue hecha por sus vecinos musulmanes después de que sus hijos tuvieran una seria pelea.

En Pakistán, profanar el Corán es una violación de las leyes de blasfemia de Pakistán, las cuales son frecuentemente usadas por los musulmanes para ajustar cuentas o perseguir a los miembros de los grupos religiosos minoritarios como los cristianos.

Profanar el Corán es una violación del código legal de Pakistán en la sección 295-B y es castigable con encarcelamiento de por vida. Vida en prisión es exactamente a lo que fue sentenciada Saima por la corte pakistaní.

Después de cuatro años encerrada y encadenada en una pequeña celda de prisión, la condena fue revertida.

“Incluso ahora me siento como si estuviera en la cárcel,” le dijo Saima al noticiero británico. “Puedes ver en mis piernas las cicatrices de cuando estuve encadenada.”

Saima relato que a veces los guardias de la prisión no le daban de comer específicamente a ella porque era cristiana.

“Ellos me decían, ‘desgraciaste nuestra religión,” recordó Saima.

A pesar de que su convicción fue revertida, Saima ahora vive bajo amenaza de persecución como muchos otros pakistaníes victimas de blasfemias.

Los reportes indican que más de 70 personas acusadas de blasfemia (incluyendo la pareja que fue quebrada viva en un horno de ladrillo) fueron asesinadas en Pakistán por turbas dedicadas a linchar personas desde 1990, Saima explico que desde que salió de prisión ahora vive su vida bajo otro nombre.

“Ni siquiera voy a visitar a mi familia por miedo a que eso se vuelva un peligro para ellos también,” dijo ella.

“La vida se ha vuelto como la muerte,” añadió. “Las personas vienen aquí y hablamos de lo que paso, me pongo contenta de que me escuchen, ¿pero después qué? Nada cambia.”

Activistas de internacionales de derechos humanos llevan mucho tiempo pidiendo que Pakistán cambie sus leyes de blasfemia que continuamente son abusadas. Por lo menos dos políticos que abogaron por la reforma fueron asesinados.

Una de las víctimas de la madre cristiana Asia Bibi (también conocida como Aasiya Noreen), una pobre trabajadora de agricultura de la provincia de Punjab quien en el 2009 fue acusada por sus compañeras de trabajo musulmanas de insultar a Muhammad. A pesar de que ella negó la acusación fue sentenciada en el 2010 a muerte por ahorcamiento.

Bajo la sección 295-C, el uso de comentarios derogatorios hacia el islam o su profeta Muhammad lleva consigo la pena de muerte.

Pakistán califico la designación como “políticamente motivada.”

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