El deseo del presidente y su equipo es que “Brasil sea una nación con Dios”

El futuro ministro de Asuntos Exteriores de Brasil, Ernesto Araujo dice que Dios tomará un papel central en la política brasileña en un artículo en la revista estadounidense The New Criterion, una tendencia conservadora de su publicación.

“A lo largo de los últimos años Brasil se ha convertido en una fosa de corrupción y aflicción. El hecho de que las personas no hablan de Dios y no traen su fe en la plaza pública fue sin duda parte del problema”, dijo el futuro ministro de Asuntos Exteriores , en un texto de tres páginas.

“Ahora que un presidente habla de Dios y expresar su fe de una manera profunda y sincera, esto debe ser visto como un problema? Por el contrario, estoy convencido que la fe del presidente Bolsonaro fue instrumental, no accidental, para su victoria electoral y para la ola de cambio que está limpiando Brasil “, agregó el diplomático.

“Dios está de vuelta y la nación está de vuelta. Una nación con Dios; Dios a través de la nación. En el Brasil (al menos), el nacionalismo se transformó en el vehículo de la fe, la fe se convirtió en el catalizador del nacionalismo, y ambos encendieron una emocionante ola de libertad y de nuevas posibilidades”, destacó.

Hablando sobre las críticas a su respecto, el Araújo completó: “Mis detractores me llamaron loco por creer en Dios y por creer que Dios actúa en la historia, pero yo no me importa.

El futuro canciller observó que la “Divina Providencia unió las ideas de Olavo de Carvalho a la determinación y al patriotismo del presidente electo, Jair Bolsonaro”. El filósofo se convirtió en el mayor icono intelectual de la nueva derecha brasileña.

Con eso, se puso fin al régimen “corrupto y ateo” que, según Araújo, tuvo su auge en Brasil en los gobiernos del PT, que actuaba de forma coordinada con los partidos MDB y PSDB.

“Un sistema tan establecido nunca se reformaría a sí mismo. Sólo encontraría nuevas máscaras para extender su poder. Un cambio de verdad sólo podría venir de fuera, de los dominios intelectuales y espirituales”, escribió el diplomático. “Entonces, ¿qué rompió ese sistema? Olavo de Carvalho, la Operación Lava Chorro y Jair Bolsonaro”.

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