Los suicidios por depresión pueden aumentar si la Iglesia no toma medidas necesarias

La esposa del escritor Daniel Mastral, habló sobre la muerte de su hijo Mikhael, de 15 años, que se suicidó por no soportar la depresión que desarrolló. El adolescente se quitó la vida antes de la Navidad de 2018.

Mikhael estaba siendo tratado por depresión y síndrome borderline, y había intentado suicidarse en otras dos ocasiones, que movilizó la familia entera por lo que tuvo todo el apoyo posible, lo cual no fue suficiente para evitar el resultado trágico.

Isabela compartió sus sentimientos sobre el episodio con el portal Universa: “Es muy triste ver la muerte de un niño. Él tuvo todo nuestro amor, amparo, acogida, oraciones. También tuvo soporte psiquiátrico de cerca. No llevamos ningún peso de culpa, hicimos nuestro mejor esfuerzo, dejamos nuestro trabajo para dedicarnos a tiempo completo a él, nunca le negamos un abrazo. “Demoró más de diez años para encontrar el tratamiento correcto”, dijo la médica, de 49 años.

“Mikhael era un joven bueno, respetuoso, honesto, puro y, a menudo, ingenuo. Creía en las personas y en el amor. Se trataba de todos como iguales. Empezó a creer que era un peso para nosotros, él sabía que estábamos tomando antidepresivos también y creía que su vida nos mataba siempre nos dijo que nos amaba”, relató.

La madre reveló que la situación causó un enorme cambio en el comportamiento del hijo: “Antes de que la enfermedad se manifestara, Mik salía más, sonría, jugaba, estudiaba, hacía planes entonces cambió. Parecía haber girado una llave. Cayo su rendimiento escolar, no salía más de la habitación, pasó a tener una perturbación con su apariencia. Estaba con anorexia y bulimia. Tapaba su espejo para no verse, tenia un autoestima baja, e insistimos en estar con él siempre. Pero era como ver una luz apagando día a día. No se alimentaba, no se bañaba”.

Hasta la disposición para la interacción en las redes sociales cambió: “Él se alejó de las redes sociales y recibía pocas visitas. Creía que los amigos lo abandonaron. Otros, para empeorar, le ofrecieron alcohol y drogas para “anestesiar” el dolor. Y eso empeora el cuadro, como sucedió”, contó. “Antes de este episodio, hubo una intoxicación y conseguí mantenerlo vivo. Se quedó internado en UTI por cuatro días, 16 horas en coma profundo”.

Esta fue una de las ocasiones en que ella salvó al hijo de la muerte, por la atención rápida y precisa, ya que ella es médica. La otra, ocurrió en las vísperas de su suicidio.

“El 20 de diciembre, se lesionó y conseguimos contornear la situación. Al día siguiente, lo llevamos a una especialista en trastornos en adolescentes y salimos con la esperanza de conseguir una vacante en el HC (Hospital de las Clínicas de São Paulo) para el tratamiento. La médica consideró su buen estado. Él salió feliz de la consulta, viendo mejores posibilidades. En ese mismo viernes, salió para encontrar unas amigas”, recordó Isabela, revelando detalles de los últimos días de vida del hijo.

“Sábado, día 22, intentó de nuevo matarse y esta vez no estábamos cerca. En aquel mismo día, al final de la tarde, la vacante del HC estaba a disposición, pero era demasiado tarde. Él dejó su diario, allí escribió todo lo que estaba sintiendo, desde el primer intento. Él escribió del fondo de su alma. Vamos a publicar su diario en la fecha en que cumpliría 16 años, el 15 de febrero. Es un relato hecho por alguien muy herido. También vamos a presentar nuestra mirada en esta publicación en el sitio. Somos cristianos y Jesús nos enseña que no es debilidad exponer el dolor”, anunció la madre, aún en duelo.

La motivación de la pareja Daniel e Isabel Mastral es que la historia de su hijo puede ayudar a crear una mayor conciencia en los círculos evangélicos sobre lo que es la depresión, la responsable de una epidemia de suicidios entre los pastores.

“Espero que ayude a muchos a ver que la depresión es una enfermedad y que esas personas reciban más empatía. Ellas necesitan amor, esperamos también que los prejuicios caigan. No hay como añadir más dolor y castigo a quien está tan herido. Pido que escuelas y amigos no los abandonen, no se burlen, no juzguen quién está en esa situación. Sean pacientes, abracen, acojan, visiten. Esto les hace sentirse importantes. Hemos agotado todos los recursos. Desafortunadamente, mientras creen que la depresión es “frescura” o que es un “demonio”, los índices pueden aumentar. Hablar sobre el tema es la mejor manera. Papas y mamás: no carguen la carga de la culpa. Un día, estaremos todos juntos”, finalizó.

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