INTIMIDACIÓN!! Musulmanes secuestran a jóvenes cristianos para forzarlos a convertirse al Islam

Toda forma de intolerancia religiosa está marcada por actos de violación a los derechos del prójimo, específicamente de los que no comparten las mismas creencias. El secuestro, por ejemplo, es un método muy utilizado por grupos musulmanes “radicalizados” en Egipto para forzar la conversión de cristianos al islam.

Eso fue lo que sucedió con una joven cristiana de 22 años llamada Maggie. Su verdadero nombre, sin embargo, fue omitido por razones de seguridad, ya que actualmente se encuentra libre del cautiverio y junto a su familia, en Egipto.

El final feliz que Maggie tuvo, al conseguir regresar a su familia, desafortunadamente no puede ser contacto por varias otras jóvenes que también fueron secuestradas. Este relato divulgado por la joven de 22 años sólo fue posible porque su iglesia hizo una campaña intensa en pro de su rescate.

El secuestro

Maggie forma parte de un grupo de mujeres de la Misión Puertas Abiertas en Egipto. Una mañana, ella salió de casa para hacer compras y al salir de la tienda fue arrastrada dentro de un auto.

Los secuestradores llevaron a su teléfono celular y llamó a su familia diciendo a sus intenciones: “No me importa Maggie otra vez, ella no va a volver”, dijeron, de acuerdo con el testimonio de su propia Maggie, concedida a abrir las puertas.

Maggie se quedó cinco días en el cautiverio, donde fue alimentada por mujeres que tenían sus cuerpos completamente cubiertos por un velo. Ellas dijeron a la joven cristiana que se quedara tranquila, pues bastaría para convertirse al islam, según ellas la “verdadera religión”.

Así que supieron de la desaparición de Maggie, su pastor y hermanos en Cristo iniciaron una campaña por su rescate, yendo en la comisaría y cobrando explicaciones de la policía. La respuesta no era favorable: “Vaya a casa, no sabemos nada sobre ella”, dijeron los policías.

Sin desistir, el pastor de la joven buscó la prensa e hizo la denuncia, cobrando de las autoridades una posición. La gran repercusión hizo que los policías buscar a Maggie, hasta que la encontraron en una casa ubicada a 300 km de su residencia.

Los policías todavía intentaron obligar a la joven a convertirse al islam, también haciendo amenazas: “No llores en la calle ni cuenten lo que pasó, sino te secuestro de nuevo”, dijeron ellos, según los relatos de Maggie.

Finalmente, la joven cristiana regresó a su familia y testificó al Puertas Abiertas todo lo que sucedió. Su testimonio fortaleció la fe de miles de personas y mostró cómo Dios se hizo presente en su vida a través de la acción de sus hermanos en Cristo.

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