El pasado martes, Riaz acusó a tres hijas de Dildar y a otra mujer cristiana de dañar una copia del Corán, el libro sagrado islámico. Las acusadas son Sunaina Amjad, de 22 años; Sophia Amjad de 18 años; Soneha Amjad de 14 años; y Sophia Qamar de 30 años.

“Riaz dijo que las mujeres robaron una copia del Corán y lo arruinaron, sumergiéndolo en un recipiente de agua sucia,” contó Aslam Masih, testigo de los hechos.

La noticia de las acusaciones se esparció rápidamente, lo que inspiró a una turba enfurecida de musulmanes a atacar el vecindario. Según los testigos, los radicales atacaron propiedades cristianas en el área y a la iglesia local. La casa de los Dildar estaba entre más atacadas. El grupo armado también asesinó a mascotas a su paso y arruinó plantas y árboles de los vecinos.

Como resultado, cerca de 200 familias cristianas abandonaron sus hogares en busca de lugares seguros en la ciudad.

Masih le dijo a ICC que después que la policía investigara, se supo que Riaz fue quien robó la copia del Corán de una tienda local, y fue también ella misma quien sumergió el libro, arruinándolo.

Riaz y su esposo fueron arrestados, y confesaron que orquestaron toda la historia para inculpar a la familia Dildar.

Las oraciones de los miembros de ICC se elevan en favor de las mujeres falsamente acusadas y de la comunidad cristiana de Farooq-e-Azam,” dijo William Stark, mánager regional de ICC en un comunicado.

La acusación hecha por Riaz refleja lo que se viene denunciando respecto a las leyes de blasfemia en Paquistán, las cuales son usadas como forma de abuso y castigo contra las minorías religiosas a manos de musulmanes.

Aquellos que caen bajo las acusaciones de blasfemia pueden llegar a enfrentar la pena de muerte o prisión de por vida. Aunque ninguna persona sentenciada por estas leyes ha sido ejecutada aún, los

cristianos sí mueren a causa de la violencia de parte de los ciudadanos musulmanes que intentan ‘hacer justicia por mano propia’.