Cristianos perseguidos hacen cultos y adoran a Dios a escondidas para no ser descubiertos por sus vecinos en Irán

En la República Islámica de Irán, así como en otros países de Oriente Medio, como Pakistán, no se permite la conversión de personas a otras religiones. Los islamistas que dejan la religión para seguir a Jesucristo, por ejemplo, son durante persecuciones no sólo por autoridades, sino también por los vecinos y hasta familiares.

Esther, un cristiano iraní, reveló a la organización internacional de puertas abiertas mientras ella y su familia no llegar a adorar a Dios, estudiar la Biblia y compartir el Evangelio con los demás.

“Todo el tiempo tenemos que ser secretos y debemos tener cuidado con nuestra fe”, dijo.

La Puerta abierta es una entidad que monitorea los índices de persecución religiosa por el mundo, ayudando a los cristianos perseguidos. Cada año publica una lista con el ranking de países en los que la intolerancia es mayor. Irán ocupa la posición 9 en 2019.

Ester, cuyo verdadero nombre fue omitido por razones de seguridad, explica que existen iglesias cristianas en Irán, pero que son para la población nativa del país, sino para los visitantes o personas que nunca fueron musulmanas.

“No podemos ir a una iglesia oficial, pues éstas están destinadas a extranjeros. Entonces nos reunimos en casas. Alábamos adoramos cantando bajo para que los vecinos no escuchasen nuestra adoración o sepan que allí funciona una iglesia doméstica “, dijo ella.

La cristiana y su hijo tuvieron la oportunidad de abandonar Irán, utilizando la justificación de que iban a visitar Estambul, cuando en realidad se fueron al exterior. Su marido encontró a ambos una semana después. “Era quedarse en Irán y ser arrestado o vivir libre en otro lugar. Elegimos permanecer con nuestro hijo y crearlo a la luz del Evangelio “, revela.

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