El secuestro y asesinato de su hijo, lo llevan a evangelizar vestido de payaso

Tras el secuestro y asesinato de su hijo un pastor, entendió que debía hacer llegar el evangelio a lo más profundo de las comunidades salvadoreñas, es por eso que inició un proyecto evangelístico desde su personaje el payaso “Chocoyito”.

“El Salvador es un enorme cementerio clandestino y hoy en día puedo decirte que somos de los países más violentos del mundo”, dice Israel Ticas, criminalista e investigador forense.

“Nadie en El Salvador está seguro, nadie en El Salvador sabe si va regresar en la noche, por eso cuando uno sale les da un beso a sus hijos un beso a la esposa porque no se sabe si va a morir”, comenta Ticas.

Él es el payaso “Chocoyito”, pero no es un payaso cualquiera.

“Dios me dio un llamado, donde hacemos reír y hacemos que la gente sea tocada con sus sentimientos a través de sus lágrimas”, dice el pastor José Domínguez.

“Chocoyito” es un personaje interpretado por el pastor José Domínguez, quien en sus presentaciones lleva enseñanzas sobre la unión familiar.

“Un instrumento para poder rescatar muchos jóvenes de las pandillas jóvenes que quizá están aislados y quizá no les dicen te amo sus padres y padres que dejaron ser padres y no se acercan a sus hijos a decirles te amo”, precisa Domínguez.

“Chocoyito” recrea ante su público lo que vivió cuando su hijo Nathanael, desapareció y fue asesinado en 2015.

“Jamás supe quien le enseño a mi hijo a decirme todos los días te amo nunca lo supe, y recuerdo que él todos los días me decía te amo, todos los días, todos los días”, comenta Domínguez.

Nathanael pasó dos meses secuestrado y torturado por sus captores.  En septiembre de 2015 el pastor Domínguez recibió la noticia que su hijo había sido encontrado sin vida en una fosa clandestina junto a otros dos cuerpos.

“Cada vez que yo veía un cuerpo no aguantaba y habían muchos nervios pensé que iba a caer desmayado, creo que a nadie le deseo lo que yo viví, pero la esperanza que quería ver a mi hijo costara lo que costara me mantenía en pie, pero cuando sacan el tercer cuerpo abren el zipper, me acerco y veo que era mi hijo con la ropa que le había dado el día de su cumpleaños”, indica Domínguez.

El trauma, la crisis, la depresión y la búsqueda de respuestas vinieron con los días.

“Me fui para mi cuarto y en mi cuarto yo tenía la foto de mi hijo, Nathanael, recuerdo que abracé esa foto y yo quería que mi hijo me dijera te amo y mi hijo ya no estaba, quería decirle a mi hijo cuanto lo amaba como padre, pero mi hijo ya no estaba”, dice Domínguez.

Dios le reveló a través del sufrimiento y en medio de la crisis el camino a seguir.

“Me acosté y tuve un sueño: soñé que yo era un payaso con una Biblia”, precisa Domínguez.

Desde entonces el pastor Domínguez con su personaje “Chocoyito” y su proyecto “buscando sonrisas” visita escuelas, iglesias, hospitales y comunidades, compartiendo su testimonio, reflexionando y unificando familias.

A mitad de función se despoja de su papel de “Chocoyito” y habla con el corazón de José Domínguez.

Haciéndolos reflexionar referente al tiempo que pasan con sus hijos.

Un propósito que Dios puso en el corazón de José Domínguez a través de la prueba más difícil de su vida.

“Y cada vez que termino un evento miro al cielo y digo: “Hijo, ¡lo logramos!”, concluye Domínguez.

Fuente: Mundo Cristiano

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