Presos que en el pasado robaban, ahora robarán almas al Diablo

Frank Mastrolonardo, cristiano de 62 años, va a los bares del Centro Correccional del Norte del Condado (NCCF, por sus siglas en inglés), también conocido como “SuperMax” en Castaic, California y pregunta a los internos sobre el progreso de sus casos y sobre sus familias. Él ora por ellos y los exhorta a completar un folleto de “Fundamentos de la Fe” para que puedan obtener una Biblia gratis, esto debido a que su ministerio tiene recursos limitados.

Además, han encontrado presos que usan las Biblias como pesos para levantar objetos y ejercitarse. Él insiste en que los presos primero deben completar un folleto sobre los conceptos básicos del cristianismo para obtener derecho a la Biblia gratis.

Por otra parte, con tantos hombres con problemas y tendencias violentas, todos alojados en lugares cerrados, las peleas ocurren con frecuencia. “La cárcel no es un lugar al que la gente quiere venir. Muchos tienen miedo de estar aquí”, dijo Steve Borja, de 66 años, compañero de evangelismo de Frank.

Los grupos cristianos han sido fundamentales para mantener la paz en esta prisión. Los presos cristianos oran por sus compañeros de prisión y defienden a las víctimas independientemente de su raza. “La Palabra de Dios es lo único que puede transformar a una persona”, dice Frank. “Los programas son útiles, pero solo Jesús puede cambiar al hombre”.

Frank y Steve van a predicar a los presos una vez al mes. Hoy en día, es el enlace del condado de Los Ángeles para todos los grupos de cristianos que van a las ocho instalaciones de la cárcel. Sus necesidades son tan urgentes que necesitan más voluntarios para llegar a todos los presos.

Frank y Steve intentan que estos hombres reciban a Cristo. “El evangelio ofrece esperanza. Necesitan reconocer su pecado. Luego los visitamos constantemente para construir una relación. Ahí es donde se produce el cambio. Los llevamos de la redención al servicio”, dice Steve.

Con libros y materiales donados, los internos pasan por 16 módulos de capacitación de nivel seminario y salen de la cárcel, ya no para robar bancos, sino para robar almas al diablo. “En lugar de salir de la cárcel comprometidos con alguna mafia, salen de la mano de Cristo”, concluye Frank.

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