¡EL GOBIERNO NO PUEDE SEPARARNOS DE DIOS! El alto precio a pagar por defender la libertad religiosa en Cuba.

Ricardo Fernández Izaguirre es un defensor cubano de la libertad religiosa que fue detenido arbitrariamente el viernes 12 de julio por agentes de seguridad del estado después de abandonar la sede de las Damas de Blanco en La Habana, donde había estado documentando violaciones de la libertad de religión o de creencias (FoRB). Pasó una semana detenido, los primeros cuatro días de los cuales estuvo completamente incomunicado y no pudo establecer ni recibir contactos de familiares o amigos.

El 19 de julio, Ricardo fue puesto en libertad. En esta entrevista, detalla su experiencia y explica por qué continuará defendiendo a FoRB en Cuba a pesar de su reciente encarcelamiento:

El trabajo de los defensores de la libertad de religión o creencias (FOB) en Cuba es un largo camino que incluye decepciones, como cuando las víctimas se niegan a informar sus experiencias y la represión del gobierno, mientras la policía política persigue, ataca, hostiga y encarcela a quienes intenta defender los derechos humanos.

Pero la sincera gratitud de aquellos que ven sus casos resueltos, y la profunda convicción de que Dios apoya cada paso que damos, trayendo esperanza, como ovejas rodeadas de lobos (Mateo 10:16) es lo que se puede encontrar al final de este camino.

El 12 de julio experimenté esta represión gubernamental en su forma más absoluta, cuando fui encarcelado al terminar de documentar un caso y cuando salía de la casa de la víctima. Fue la primera vez que un par de esposas se cerraron alrededor de mis muñecas. Por primera vez vi la realidad de las cárceles de Cuba desde adentro, y me horroricé por el maltrato y la deshumanización que sufren los prisioneros.

Viví la desolación producida por la incertidumbre: mi familia no sabía dónde estaba. Mi segunda hija mayor, que esperaba pasar las vacaciones conmigo, estaría decepcionada, y todos mis planes personales se habían derrumbado. Pero a pesar de esto, lo mejor fue que vi que Dios estaba allí conmigo y pude compartir mi testimonio con mis captores y con aquellos que se encontraban encarcelados junto a mí.

Esta experiencia me dio más fuerza para seguir defendiendo a FoRB, porque el gobierno no puede separarnos de Dios, incluso si aprisiona nuestro cuerpo.

Ricardo Fernández Izaguirre es socio de Christian Solidarity Worldwide en Cuba.