Mozambique vive unas elecciones históricas, los evangélicos salen a las calles en oración por “la paz completa”

Cerca de 13 millones de mozambiqueños están llamados a las urnas este martes para escoger al presidente del país para los próximos cinco años. Una presidencia que desde la independencia, en 1975, ha sido ocupada por el líder del Frente de Liberación de Mozambique (FRELIMO, por su acrónimo en portugués). Y no se esperan grandes cambios  al respecto, puesto que su candidato y actual presidente en funciones, Filipe Nyussi, cuenta con gran parte del apoyo popular.

Así lo demostraba en el mitin de la semana pasada en la Isla de Mozambique, en el que intervino el símbolo del atletismo nacional, María Mutola, y cuya fundación para fomentar el deporte ha mantenido un vínculo de apoyo con el gobierno de Nyussi durante la última legislatura.  Pero Nyussi no se confía y recuerda que en las últimas votaciones, en 2014, su FRELIMO perdió 47 diputados. Por eso, el presidente en funciones ha pedido más apoyo a los electores asegurando que, la suya, es “la formación política mejor preparada para dar continuidad al desarrollo sostenible e inclusivo del país”.

UNA VOTACIÓN AMENAZADA POR LA VIOLENCIA

En frente, Nyussi tiene a la formación heredera del movimiento opositor histórico Resistencia Nacional de Mozambique (RENAMO, por su acrónimo en portugués), que conserva una importante influencia en el norte. Con propuestas como una rebaja del IVA del 17% al 14%, o la promesa de incrementar el empleo para la población joven (más del 13% de la población entre 18 y 24 años está desempleada), Ossufo Momade espera conservar el testigo que ha heredado de Afonso Dhlakama, líder hegemónico de la RENAMO fallecido en mayo de 2018 y que firmó un acuerdo de paz definitivo con el FRELIMO en 2014.  “La RENAMO está en conflicto consigo misma”, asegura a Protestante Digital el presidente de la Convención Bautista de Mozambique, Lourenço Anteiro.

“Existe en su seno un grupo de militares que no acepta que hubiese transparencia en la elección de Momade como presidente del partido. Como represalia, a veces crean confusión, matando a personas en los coches que pasan por las carreteras donde se encuentran sus bases. Pero es una situación que está siendo controlada por el gobierno”, manifiesta Anteiro.

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