El evangelio preocupa a líderes políticos… El “narcopentecostalismo” fue responsable de la caída de Evo Morares

La influencia de los evangélicos en América Latina es sin duda un factor ya confirmado por expertos de diversos sectores. Sin embargo, hay quienes interpretan este protagonismo de manera prejuiciosa, como la concejal petista Larissa Gaspar, de Fortaleza, Ceará, quien señaló al “narcopentecostalismo” como responsable de la caída del ex presidente boliviano, Evo Morales.

La declaración de odio de Larissa Gaspar a los evangélicos se hace eco de los puntos de vista de otras personas sobre el tema, como el periodista Pedro Aguiar, profesor de la Universidad Federal Fluminense (UFF), que recientemente deseó asesinar a los opositores protestantes de Evo Morales.

“En este contexto concreto en Bolivia, insto encarecidamente a las fuerzas de resistencia a tomar las armas y disparar contra los fascistas y evangélicos que están tratando de destruir Bolivia. Los fascistas no tienen derecho a la vida “, escribió Aguiar en su Twitter.

La concejal evangélica de Ceará, Priscila Costa, tomó nota de la prejuiciosa declaración de Petista Larissa Gaspar, que en la práctica asociaba el movimiento evangélico de Bolivia con el narcotráfico, acusando a los pastores de “aprovechar la fe de las personas para imponer y practicar la violencia”. .

“¡Sin presentar NINGUNA evidencia, la concejal del PT asocia el presunto terrorismo y violencia de Bolivia con el movimiento pentecostal del país! En la galería explico la persecución a la que se enfrentan nuestros hermanos cristianos bajo la dictadura de Evo Morales y pido explicaciones y pruebas de lo que afirmaba la concejal ”, dijo Priscila.

“¡Hasta ahora no tenemos respuestas! (Además de tener que resolver los problemas de Fortaleza, la izquierda aún exige el trabajo de tener que contrarrestar cada una de las dos acusaciones deshonestas).

La Orden de Ministros Evangélicos de Ceará (ORMECE) también expresó su rechazo a la declaración de Larissa, destacando que su declaración es un ataque directo a la comunidad evangélica.

“Los delitos promovidos por el parlamentario alcanzan frontalmente las normas constitucionales que protegen el honor colectivo y la libertad de conciencia y expresión religiosa”, dice la nota.

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