El gobierno filipino incluye al Consejo Nacional de Iglesias en la lista de grupos terroristas

La entidad, que incluye a las principales denominaciones protestantes y no católicas del país, ha denunciado la presidencia de Duterte por la violencia y su carácter hostil contra los cristianos.

El Departamento de Defensa Nacional de Filipinas ha incluido al Consejo Nacional de Iglesias del país (NCCP, por sus siglas en inglés) en la lista de “organizaciones de grupos comunistas terroristas locales”.

Además, otras entidades dedicadas al servicios y organizaciones humanitarias también han sido añadidas al documento que presentó el pasado 5 de noviembre el general y subjefe de personal de inteligencia de las Fuerzas Armadas Filipinas, Reuben Basiao.

El NCCP, que desde 1963 incluye a las principales denominaciones protestantes y no católicas del país, ha lamentado en un comunicado “la inclusión infundada de su nombre en la lista” y ha hecho “un llamado al gobierno para que revise las acusaciones y participe en la construcción de la paz”.

“Reconocemos la clara amenaza que ahora se plantea al personas del NCCP, las iglesias miembros, los asociados y otros colaboradores ecuménicos”, han remarcado en una carta difundida entre sus socios.  La entidad ha remarcado que su señalamiento “retrasará o imposibilitará el desarrollo de servicios muy necesarios en las comunidades marginales en medio de desastres”. “A mayor escala, esto reducirá todavía más el espacio civil ya limitado”, han añadido.

 En junio de este año, el gobierno del presidente Rodrigo Duterte rechazó la petición de las Naciones Unidas para realizar una investigación sobre la violación de los derechos humanos en las políticas contra el tráfico de droga por considerarla una “injerencia”. Según los datos oficiales, la policía filipina ha matado a 5.300 personas desde 2016, bajo la sospecha de posesión de droga.

Una cifra que se multiplica por tres si se observa desde las organizaciones defensoras de los derechos humanos.  El NCCP explica en su carta a sus socios que “en los últimos días hemos sido testigos de ataques contra organizaciones de la sociedad civil que son críticas respecto a las políticas y programas del gobierno”. “Han habido redadas, arrestos ilegales y vilipendios. Antes, asesinatos de activistas y defensores de los derechos humanos”, remarcan.

  “El NCCP considera estos movimientos como intentos desesperados por parte de las autoridades de criminalizar a la disidencia y de la ley contra la gente”, dicen desde la entidad, que en los últimos años también ha denunciado la violencia generada por el polémico programa contra la droga del gobierno y ha llamado al presidente Duterte a “respetar las declaraciones de fe”.

EL LIDERAZGO CRISTIANO MUNDIAL CONDENA LA DECISIÓN

La decisión del gobierno filipino ha sido condenada por diferentes líderes cristianos a nivel internacional. Una de ellas, la del reverendo Olav Fyse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, que ha dicho que el señalamiento “en efecto da luz verde al acoso y a los ataques mortales por parte de las fuerzas de seguridad y milicias contra quienes están en la lista”.

En la misma línea se han manifestado entidades como la Conferencia Cristiana de Asia, la Alianza Acción de la Iglesias Juntas, Christian Aid, la Iglesia Unidad Metodista de Filipinas, la Iglesia Unidad de Australia y la Iglesia Evangélica Luterana en el Norte de Alemania.

EL PCEC PIDE  “AL GOBIERNO QUE ANULE LA ACUSACIÓN”

“Tenemos la firme confianza de que el NCCP no es un grupo terrorista comunista. Al igual que PCEC, es una organización de hombres y mujeres sinceros que anhela ver a Jesucristo entronizado en una nación transformada y floreciente”, ha dicho en un comunicado el obispo Noel Pantoja, Director Nacional del Consejo Filipino de Iglesias Evangélicas (PCEC, por sus siglas en inglés). Pantoja también ha explicado “que nuestra estrecha colaboración con NCCP se extiende también a otras áreas importantes, como la plantación de iglesias, la respuesta a desastres, el cuidado de la creación, la lucha contra la trata de personas y otros”. El PCEC, miembro de la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés), ha señalado que “en lo que respecta a la insurgencia, junto con el NCCP y otras denominaciones cristianas, han estado apoyando constantemente las negociaciones de paz entre el gobierno de la República de Filipinas y el Frente Democrático Nacional” (una coalición que agrupa a partidos de extrema izquierda y a movimientos indígenas).

“Hacemos un llamado urgente al liderazgo de las Fuerzas Armadas de Filipinas y el Departamento de Defensa Nacional, para que anulen su acusación y realicen de inmediato una investigación más profunda y más circunspecta”, han remarcado en el comunicado. Los evangélicos filipinos también han pedido a las autoridades que “defiendan atentamente los derechos de los pobres”, y han reclamado al presidente Duterte que“ recurra nuevamente el camino de las negociaciones pacíficas”. “Estamos convencidos de que es el único camino que conducirá a una paz duradera”, han señalado.

“Hacemos un llamado a nuestros constituyentes evangélicos, y a todos los hombres y mujeres de fe, para que oren por los líderes políticos y militares de nuestra nación, así como por los líderes de la insurgencia comunista, para que elijan decididamente el camino de la paz, por el bien no solo de nuestra generación actual, sino también de la venidera”, han concluido en el comunicado.

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