Nada los detiene… Cristianos predican a Cristo y ayudan ante epidemia de coronavirus

Los cristianos del país comunistas están llevando el mensaje de esperanza a las personas llenas de temor y sumidos en la desesperación.

Los cristianos ven en la propagación de la epidemia, la oportunidad de hablar de Jesús y compartir el Evangelio a las personas que viven cada día con el temor a contagiarse.

El ministerio Heart Cry, da cuenta de un pastor, junto a un grupo de creyentes, que salen por las calles de la ciudad de Wuham y predican a Cristo como la única esperanza para la vida, además reparten mascarillas para ayudar a prevenir el coronavirus.

La persona que informa de esta situación, escribió: “Las máscaras protectoras son lo más valioso en Wuhan. El dinero es inútil porque no puedes encontrar una tienda que venda las mascarillas. La gente está en una situación desesperada. En respuesta, nuestros hermanos y hermanas predican el Evangelio, reparten tratados y entregan mascarillas gratis. Están compartiendo la palabra de esperanza y consuelo de Dios. Se han vuelto cada vez más favorecidos en la ciudad, incluso a los ojos de las autoridades”

Estas iglesias en Wuhan se mantienen alejadas de todos los rumores y problemas políticos, simplemente hacen lo que un verdadero cristiano debe hacer en esta situación: predicar el Evangelio y ser testigos de la verdadera paz y la verdadera esperanza que provienen de Jesucristo, frente a los no creyentes quienes están en pánico y desesperanzados.

Un oficial de policía se acercó a una hermana, escuchó el evangelio y se fue feliz con un tratado y una mascarilla. Después de un tiempo, llegó otro policía, escuchó y se fue también con un tratado y una mascarilla. En breve, el primero regresó diciendo que otro oficial quería acudir también.

¡Pronto llegaron cuatro oficiales más! Ellos eran los policías a los que les enviaban para controlar el mensaje de las buenas nuevas de salvación, ahora acudían a los cristianos en busca de ayuda, y se postraban ante nuestro Dios.

El traje amarillo (los cristianos usan trajes amarillos para protegerse) se ha convertido en el color más hermoso de la ciudad. Los cristianos se han ganado el respeto que nunca habían tenido antes, gracias a su disposición a arriesgar su salud para servir a los demás.

“Doy gracias a Dios por el testimonio de estos hermanos y estoy lleno de alegría por la increíble obra de nuestro Señor. Por favor ten a estos hermanos en tus oraciones. Muchos de ellos están muy cansados. En comparación con los médicos y enfermeras, su carga es aún más grande. Ellos saben, esa es la oportunidad que Dios les dio para ganar personas para Cristo. Esta puerta abierta puede cerrarse pronto”.

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