¿Cuál será el impacto del coronavirus en la economía Mundial?

La duración y la profundidad de la crisis económica provocada por la pandemia del COVID-19 dependerán de tres factores: la velocidad de la propagación del virus y a cuántas personas afecte, cuánto tiempo pase antes de que se encuentre una vacuna y si las medidas de los gobiernos logran realmente mitigar el daño. Este es el análisis de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, la UNCTAD. También dijo que el costo de la crisis en el ingreso global podría llegar a 2 billones de dólares.

En un principio, cuando todavía seguíamos bajo los efluvios del Año Nuevo, la noticia de un brote de un virus desconocido en un mercado chino parecía un problema circunscrito a un grupo de personas que come animales salvajes. Luego, vinieron las alarmantes cuentas de enfermos y muertos. Muy pronto, nos enteramos de que el epicentro de la epidemia, la provincia de Hubei y en particular su capital Wuhan, es un centro industrial clave para la economía global. Con la cuarentena, en Wuhan se dejaron de fabricar piezas de autos, computadoras, celulares, etc. que proveen a las manufactureras más grandes del mundo. Hubo signos de alarma lanzados por fabricantes de automóviles alemanes y de las marcas más destacadas del hardware de Silicon Valley. Se rompió la cadena de producción.

De inmediato vino la hecatombe de las aerolíneas. Los aviones trasladan el virus por el planeta. Los pasajeros cancelaban sus viajes. Los gobiernos comenzaron a restringir los vuelos hasta que Trump prohibió la llegada de cualquier turista de Europa a Estados Unidos. La epidemia podría costar a las compañías aéreas hasta 100.000 millones de dólares, calculó la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). Junto a los aviones, se detuvo casi toda la industria turística, desde los cruceros (varados en cuarentena) hasta los hoteles. Se perdieron cientos de miles de puestos de trabajo y convirtieron playas soñadas en desiertos. Obviamente que todo esto repercutió muy negativamente en las bolsas de todo el mundo. Wall Street vivió un lunes negro y después vino un miércoles y un jueves. En cuatro días perdió un 20% con respecto al pico que había alcanzado el 12 de febrero. El Dow Jones tuvo su peor jornada desde 1987 y se hundió en un “bear market” (mercado bajista). La recuperación del viernes pareciera ser una brisa pasajera. En medio de esta crisis, Arabia Saudita y Rusia no lograron ponerse de acuerdo en torno a una baja de la producción para estabilizar el precio del petróleo. Y molestos por la falta de acuerdo, los sauditas lanzaron una guerra de precios, que dejó el barril de crudo cerca de los 30 dólares, tras una caída en un día nunca vista desde la Guerra del Golfo en 1991. Otras materias primas, como la soja, también terminaron con precios en sus mínimos históricos.

Las exportaciones de los países latinoamericanos a China ayudaron a la región durante la crisis de 2008. Ahora, podrían hundirla. (Reuters)

Las exportaciones de los países latinoamericanos a China ayudaron a la región durante la crisis de 2008. Ahora, podrían hundirla. (Reuters)

“Todo esto, pone en peligro la recuperación mundial”, dijo la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. En realidad, el crecimiento económico global podría descender a la mitad de lo que se había proyectado. “Podría llegar hasta el 1,5%, un piso demasiado bajo porque eso estaría mostrando que buena parte de los países tendrían crecimiento negativo”, según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE). Neil Shearing, el economista jefe de la empresa de análisis de mercado Capital Economics, advirtió a sus clientes que se aproxima una “recesión aguda”. En el medio, por supuesto, están los especuladores financieros que aprovechan el río revuelto para hacer enormes ganancias a costa de los pequeños ahorristas. Neil Irwin, analista del New York Times escribió que en Wall Street estaba sucediendo algo “raro”.

Muchos analistas están comparando este momento con la crisis financiera y la recesión de 2008-09 provocada por el colapso de la burbuja inmobiliaria y de las hipotecas subprime en Estados Unidos. Pero los que manejan la geopolítica, además de la economía, ven una analogía con el 2001 tras los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. “Es el cisne negro. Apareció de la nada. Ese 11/S nos shockeó a todos, nos dejó knock out, fue un golpe durísimo. Y desató todo tipo de reacciones, desde el negacionismo hasta el “no fue para tanto”. Con el coronavirus está pasando lo mismo, apareció de golpe y en menos de tres meses ya está en todo el planeta.

Esto, afectaría principalmente a las economías andinas. La estrepitosa caída del precio del petróleo cambió el foco. Venezuela, Ecuador, Colombia, Brasil y México vieron mermar su entrada de divisas en forma dramática. Goldman Sachs ya actualizó a la baja su perspectiva para las principales economías de la región: Brasil y Ecuador crecerán siete décimas menos (del 2,2% al 1,5% en el primer caso; del -0,3% a un deprimente -1% en el segundo); Perú, cinco décimas menos (del 3,3% pasa al 2,8%); y Colombia, cuatro (del 3,4% al 3%). Argentina, sigue dependiendo de su negociación por la abultada deuda con el FMI y los tenedores de sus bonos. El virus puede mejorar o empeorar su posición dependiendo del grado de pánico de los acreedores. “Estamos ante su posible segunda década perdida para América Latina. El coronavirus llega en un muy mal momento, de muy bajo crecimiento”, dice apesadumbrada, Lourdes Casanova, directora del Instituto de Mercados Emergentes de la Universidad de Cornell.

El virus ataca en forma salvaje a los pulmones y aún con más fuerza a la economía.

Fuente: Infobae

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