Aumenta el número de muerte en América Latina a medida que la cifra global de coronavirus supera los 400,000
El Papa Francisco, al dirigirse a los católicos en la Plaza de San Pedro el domingo por primera vez desde que comenzó la emergencia de salud, dijo que lo peor había pasado en Italia y expresó su simpatía por aquellos en los países latinoamericanos más afectados.
“Su presencia en la plaza es una señal de que en Italia la fase aguda de la epidemia ha terminado”, dijo Francisco cuando el Vaticano confirmó que no había más casos de COVID-19 entre sus empleados o dentro de la Ciudad del Vaticano.
“Desafortunadamente en otros países, estoy pensando en algunos de ellos, el virus continúa causando muchas víctimas”.
Brasil tiene la tercera cifra más alta del mundo, más de 36,000 muertos, pero el presidente Jair Bolsonaro criticó las medidas de permanencia en el hogar impuestas por los funcionarios locales y amenazó con abandonar la Organización Mundial de la Salud.
El ministro de salud de Chile, Jaime Manalich, dijo el domingo que se corrigió un recuento erróneo señalado por la Organización Mundial de la Salud en marzo y abril, lo que elevó la cifra de 1,541 el sábado.
Pero en la Cuba comunista, el presidente Miguel Díaz-Canel declaró la pandemia “bajo control” después de que la nación insular registrara un octavo día consecutivo sin una muerte por COVID-19, dejando el número de víctimas en 83.
A partir de las 1900 GMT, se registraron un total de 400.581 muertes en todo el mundo, según un recuento de AFP que utiliza cifras oficiales, un número que se ha duplicado en el último mes y medio.
Europa se reinicia
En Europa, los países están trabajando lentamente hacia una normalidad pospandémica e intentando revivir los sectores turísticos a tiempo para el verano y volver a los negocios.
El gobierno del Reino Unido dijo el domingo que reabriría lugares de culto para la oración individual el 15 de junio.
Pero British Airways y las aerolíneas de bajo costo EasyJet y Ryanair iniciaron acciones legales contra los planes del gobierno para obligar a los extranjeros que llegan a Gran Bretaña a autoaislarse durante dos semanas.
En una declaración conjunta, dijeron que las medidas devastarían el turismo y destruirían aún más empleos.
La Unión Europea dijo que podría reabrir las fronteras a los viajeros de fuera de la región a principios de julio después de que algunos países dentro del bloque hayan eliminado las restricciones a otros visitantes europeos.
Francia marcó el aniversario de los desembarcos del Día D de 1944 con una fracción de las grandes multitudes vistas en años anteriores, debido a estrictas restricciones de distanciamiento social.
Pero en Sudáfrica, donde el presidente Cyril Ramaphosa autorizó la reapertura de los lugares de culto a partir del 1 de junio, pocos regresaban a los servicios.
“Estoy rezando en casa, Dios me escucha muy bien cuando rezo en casa con mi familia”, dijo a la AFP Gloria Msibi, una vendedora de verduras de 57 años. “Me encanta la iglesia pero es muy peligroso estar en un espacio cerrado con tanta gente”.
