Guerrillera de Colombia se convierte a Cristo y ahora trabaja distribuyendo Biblias

La experiencia de conversión es notable para todos, ya que hay un cambio significativo en la vida de la persona. Este cambio ocurre de adentro hacia afuera y se extiende a quienes nos rodean, como le sucedió a Sara Gómez, ex guerrillera de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En general, aquellos que han tenido fuertes experiencias antes del nuevo nacimiento siempre tienen un gran testimonio para compartir, y enfatizan la transformación significativa que ocurre después de este encuentro con Cristo.

Sucedió con Sara Goméz, quien salió de su casa a los 14 años para unirse al grupo guerrillero.

Al igual que con muchas personas, especialmente los jóvenes, Sara estaba buscando un significado en su vida y pensó que al unirse al grupo de ideología marxista encontraría la importancia y la aceptación que estaba buscando.

Un tiempo después se enteró de que su familia se había convertido en cristiana, e incluso fue presionada para denunciar a su familia. Pero probablemente cansada de ser parte de un grupo donde solo se experimentó violencia, poco después de que ella decidió abandonar las FARC.

La ex guerrillera comenzó a servir al Señor, se casó y confió en la protección de Dios, ya que sabía que no sería fácil escapar de la persecución del grupo que había dejado atrás.

Sara comenzó a compartir la Palabra de Dios con otros que también habían dejado el grupo guerrillero. Trabaja con jóvenes colombianos distribuyendo Biblias, incluidas Biblias ilustradas.

“La Biblia en acción es como una película y atrae a la gente”, dijo a la organización misionera Voice of Martyrs.  

Los que ganaron la Biblia estaban interesados ​​en hacer estudios bíblicos, y esto comenzó a abrir puertas para la expansión de la obra misional de la ex guerrilla.

Aun así, Sara y su familia todavía están en riesgo para los miembros de las FARC hasta el día de hoy. Porque se están aprovechando del aislamiento social y de los militares que están en las calles para perseguir a los ex miembros del grupo.

Sabiendo esto, Sara y su familia huyeron de la región. Están siendo alojados en una iglesia hasta que sea seguro regresar. Ella informó a un misionero de La Voz de los Mártires que estaba agradecida porque “no tenía hambre ni estaba sin hogar”.

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