Inteligencia artificial: autor cristiano advierte sobre la sustitución de humanos por robots
La presencia de inteligencia artificial, en la actualidad, ha sido cada vez más común. Desde la “era digital” que llegó en 1970, vimos una expansión tecnológica increíble. Y las personas dependen cada vez más de la tecnología.
Las máquinas están reemplazando a los seres humanos en diversos contextos y están demostrando ser cada vez más útiles en el comercio electrónico, el mercado financiero, las industrias, los sistemas de seguridad, la agricultura e incluso en las relaciones humanas.
Los robots humanoides están cada vez más desarrollados e interactúan con herramientas y entornos creados para uso humano. Sophia, por ejemplo, el robot desarrollado por Hanson Robotics es uno de los humanoides más parecidos a los humanos.
Es capaz de mantener una conversación humana y reproducir expresiones faciales. Además, fue la primera ciudadana robot del mundo y se convirtió en embajadora de innovación robótica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Problema moral
Según John Stonestreet, presidente del Centro Chuck Colson para la cosmovisión cristiana, existe un problema moral relacionado con la producción de humanoides. “La revolución sexual separó el cuerpo del alma. La idea era aumentar el valor del cuerpo, pero terminó convirtiéndolo en un mero objeto ”, observó.
Según Juan “nuestros cuerpos cuentan la historia de Dios”. Y Dios creó el cuerpo y el alma. Tratar de separar los dos es rechazar Su diseño. “Reemplazar una relación real de humano a humano con un robot artificialmente inteligente también está separando cuerpo y alma”, dijo.
Los robots nunca reemplazarán la obra de Dios
“Ninguna colección de frases encantadoras, movimientos humanos, recuerdos de vida inyectados o expresiones faciales empáticas pueden reemplazar la imagen humana”, recordó. Según el crítico, las máquinas pueden ser muy convenientes, pero “conveniente no es lo mismo que mejor”.
Juan termina hablando de los mayores mandamientos bíblicos “amar a Dios y amar a tu prójimo como a ti mismo”. En este sentido, los humanos se aprovechan, porque solo los que aman pueden cambiar el mundo.
