“Milagro”: el tumor se encoge después de la oración de los misioneros en Asia

Tras la muerte de su marido, Arleta tuvo que enfrentarse a otra noticia difícil: el bulto en el pecho, que tanto le molestaba, era en realidad un tumor canceroso.

Sola y sin dinero para pagar la cirugía, Arleta intentó curarse con medicamentos e incluso buscó las costumbres religiosas en las que se crió, pero fue en vano. Sabía que necesitaba un milagro.

Un día, Arleta conoció a cuatro misioneros de Gospel for Asia , que son parte del ministerio de las Hermanas de la Compasión. Vestidas con los “uniformes de la humildad”, estas mujeres, formadas por la GFA, llevan el Evangelio, el asesoramiento familiar y la educación a los pobres y necesitados de los países asiáticos.

Las Hermanas de la Compasión de la GFA estaban distribuyendo folletos evangelísticos en el barrio de Arleta, que se acercaban a las mujeres por curiosidad. Durante la conversación, compartió su batalla contra el cáncer y sus dolorosas experiencias.

Por compasión, las hermanas oraron por Arleta y también hablaron sobre Jesús y su poder sanador. Desde entonces, han estado visitando la casa de la viuda todas las semanas, para ayudarla con sus quehaceres diarios y orar por un milagro.

Arleta fue convocada para un retiro de fin de semana en la iglesia local y aceptó la invitación. La viuda empezó a creer que Jesús podía curarla.

Tres semanas después del evento de oración, regresó al hospital para una cita médica, llena de fe en que Jesús la sanaría. Cuando el médico informó los resultados de las pruebas, Arleta no pudo contener su alegría: ¡el tumor se había encogido!

Sus nuevas amigas, las Hermanas de la Compasión, continuaron orando por ella, creyendo en la curación completa. Mientras tanto, Arleta tuvo la idea de tener una reunión de oración en su casa, para agradecer a Jesús por la curación que estaba haciendo en su cuerpo.

Invitó a su hija, vecinos y parientes cercanos y fue testigo de su milagro.

“Todos los que escucharon la historia de Arleta y presenciaron su espíritu renovado estaban encantados”, informa GFA. “¿Será esta la misma pobre viuda solitaria para quien la vida fue dolorosa y sin alegría? De hecho, ¡fue un milagro! “

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