Mujer sana después de ser intubada dos veces por complicaciones de Covid: ‘soy un milagro’

La pelea de Grace Andrade de 42 años contra Covid-19 comenzó el 25 de febrero. Lo que la ama de casa pensó que era un ataque de asma fue una infección con el nuevo coronavirus. Y de ese viaje al hospital, no volvió a casa hasta 32 días después.

“Me faltaba el aire. Pensé que había tenido un ataque de asma. No tenía fiebre, dolor, falta de gusto, sin olor. Ningún otro síntoma de Covid. Luego me pidieron una radiografía, una tomografía computarizada. Me senté y no me moví más y dije que me iban a hospitalizar ”, dice Grace.

En el hospital, la oxigenación de Grace disminuyó y cinco días después fue intubada por primera vez.

Grace es el tipo de persona que siempre tiene una sonrisa en su rostro, con conversaciones que elevan, llena de positivismo y apegada a su familia y creyente en Dios. Y para ella, la combinación de esta voluntad de vivir, con la fe y la atención hospitalaria fueron fundamentales para sobrevivir a “32 largos días de hospitalización”, con dos intubaciones.

“Fui un milagro. ¡Gracias a Dios por el milagro de mi vida!”, Gracias el residente de Campo Grande, Mato Grosso do Sul. Mientras estaba hospitalizada con Covid-19, Grace tuvo un infarto y problemas renales, todo en poco más de un año.

“El día que vino el médico a hablarme de intubación, se sintió como una frase, me desespere, lloré mucho. Pero el médico era muy humano. Me tranquilizó, me explicó:” Estoy haciendo esto para salvarte. Por tanto, ten fe en Dios que te salvaremos haciendo esto”.

Confianza

Después de todo este período, Grace dice que la lección que queda y que quiere transmitir a todos es que es necesario tener fe, perdonar y no apegarse a las pequeñas cosas. “Se necesita mucha fe en Dios. Deja las pequeñas cosas a un lado, porque son tan insignificantes … Y perdona más a la gente”.

Y para quienes atraviesan una situación que ya ha vivido, el mensaje vuelve a hablar de fe. “Hay que tener mucha fe, mucha fuerza, ganas de vivir, de creer”.

Grace ahora se somete a fisioterapia para fortalecer sus músculos y pulmones. Todavía no puede caminar sola, hacer otros movimientos y respira con dificultad. Ante todo lo sucedido, “el milagro” que ella considera que es, ya la ama de casa podrá hablar, sonreír, nadar, caminar y vivir como quiera.

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