‘Portense bien’, ‘mantengan silencio’ y ‘permanezcan invisibles en el dominio público’ son las advertencias del gobierno chino a los líderes cristianos tras los juegos de invierno en Beijing.

El enfoque de los medios internacionales en China, con el inicio de los Juegos de Invierno de Beijing el próximo viernes (4), solo provocará más presión y persecución sobre los cristianos en el país, según la ONG Puertas Abiertas.

Según Zhang Wei, un contacto local de Puertas Abiertas, en momentos de eventos importantes como este, se advierte a los líderes religiosos cristianos que ‘se porten bien’, ‘mantengan silencio’ y ‘permanezcan invisibles en el dominio público’.

Si las iglesias no cumplen con estas reglas, corren el riesgo de ser interrumpidas. “Hasta ahora, las iglesias en Beijing saben qué hacer”, dice.

“Sabemos que no debemos estar ‘activos’ durante este tipo de eventos”, dice el pastor Huang de Beijing. “Sabemos cómo debemos comportarnos durante este período. Y eso es callar”, explica el párroco, socio local de Puertas abiertas.

Las actividades de los cristianos locales se limitan a servicios domésticos considerados clandestinos porque no son realizados por iglesias registradas y controladas por el gobierno.

Durante las celebraciones del Día Nacional de la República Popular de China el año pasado, hubo informes de funcionarios que hacían llamadas periódicas a los pastores de iglesias domésticas para reiterar sus ‘límites’.

“Básicamente, se esperaba que estuvieran callados y que hicieran muy poco”, dice Zhang Wei. “Se pueden tolerar las reuniones en grupos más pequeños, pero los eventos de la iglesia más grandes están mal vistos”, concluye.

Los pastores sospechosos de llevar a cabo actividades de la iglesia más allá de los servicios dominicales regulares, incluso con pocas personas, pueden verse obligados a tener una ‘charla’ con los funcionarios locales del partido (el gobernante Partido Comunista).

Se sabe por fuentes de Puertas Abiertas que las iglesias, incluso aquellas registradas y autorizadas por el gobierno chino, mantienen una habitación en sus instalaciones para la Policía Religiosa de China, un brazo del gobierno que controla todas las iglesias cristianas chinas.