Sacerdote es arrestado y desaparece en Nicaragua, luego de que las críticas al gobierno se intensificaran

El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, instauró una fuerte represión contra los opositores en el país luego de que las críticas al gobierno se intensificaran. Después de cerrar estaciones de radio cristianas, falta un anciano y hay informes de cierre de iglesias.

El caso del sacerdote Óscar Benavidez, párroco de la Parroquia Espírito Santo, se convirtió en noticia internacional ya que, tras su detención por parte de las autoridades locales en medio de la represión dictatorial, se desconocía su paradero.

La diócesis de Siuna, en Nicaragua, denunció este lunes 15 de agosto que el sacerdote se da por desaparecido: “Esperamos que las autoridades nos mantengan informados”, dijo la diócesis, ubicada en el municipio de Mulukuku, en la Región Autónoma del Caribe Norte de Nicaragua.

La nota oficial agrega que Benavidez cumplió con su “única misión” de “anunciar la buena noticia de Jesucristo, que es Palabra, vida y salvación para todos”.

“Según información, fue bajado de su vehículo y llevado en una camioneta, con rumbo desconocido”, señaló el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), según información del diario Gazeta do Povo.

Según el periodista Claudio Dantas, del portal O Antagonista, “el régimen de Ortega expulsó a los misioneros, mantuvo a un obispo en prisión privada y comenzó a bloquear el acceso de los ciudadanos a las misas regulares. Ya hay reportes de secuestros de sacerdotes”.

Benavidez es el tercer religioso detenido este año en Nicaragua, y el noveno en estar bajo custodia policial, entre ellos el obispo Rolando Álvarez (encargado de algunas de las radios cerradas del país), así como otros cinco sacerdotes detenidos desde entonces. El último día 4.

El dictador Daniel Ortega cataloga a los líderes religiosos cristianos como “terroristas” por oponerse a su gobierno, que está en el poder desde 2007, silenciando a la oposición. Los evangélicos nicaragüenses llevan años protestando contra la dictadura, con manifestaciones de oración en la vía pública del país.

Lula, el candidato presidencial del PT, es uno de los principales aliados del nicaragüense e incluso ha comparado su paso por el poder, con detenciones de opositores y opositores políticos, al mandato de la canciller alemana Angela Merkel, quien dejó el poder a finales de 2021 tras un largo período en el que ocupó el cargo de jefe de Estado liderando una coalición de partidos en un sistema parlamentario.

El gobierno brasileño, encabezado por el presidente Jair Bolsonaro (PL), opositor a Lula, repudió la represión a través de una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores, con especial desaprobación por el “uso abusivo de la violencia policial contra líderes religiosos y creyentes”.

“La medida constituye otro duro golpe al espacio cívico en Nicaragua y vulnera el derecho a la libertad de religión o de creencias, así como a la libertad de opinión y de expresión”, agrega la nota, que acompañó las manifestaciones contra la “decisión arbitraria” de Ortega. la Unión Europea y los Estados Unidos.

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