Los líderes religiosos mundiales van al Monte Sinaí para los “10 Mandamientos de la Justicia Climática”

Durante la conferencia climática de la ONU, COP 27, líderes mundiales de diversas religiones estarán en el Monte Sinaí, donde Moisés habría recibido los Diez Mandamientos bíblicos, para establecer los “Diez Mandamientos de la Justicia Climática”.

En su 27ª edición, la COP 27 comenzó el domingo (6) y se extenderá hasta el 18 de noviembre. La cumbre de las Naciones Unidas se lleva a cabo en Sharm El Sheikh, Egipto, para discutir soluciones al cambio climático.

El domingo (13), los líderes religiosos del mundo se reunirán en el Monte Sinaí para una “ceremonia de arrepentimiento” y un “llamado profético a la justicia climática”.

El encuentro es organizado por el Instituto Interreligioso Elijah (Elias Interfaith Institute), que reúne a importantes líderes del judaísmo, el islam, el cristianismo, el budismo y las religiones de la India.

Para los organizadores, la elección del Monte Sinaí es simbólica, ya que es un “lugar para volverse a Dios y recibir Su mensaje”. “Regresamos al Sinaí en un movimiento de arrepentimiento y búsqueda. Buscamos una nueva visión para la humanidad y su existencia amenazada”, dice el instituto.

Los organizadores también buscan “recopilar las mejores enseñanzas de todas las religiones en apoyo de la justicia climática”. La ceremonia contará con liturgias, lecturas y tradiciones musicales de varias religiones.

Amenazas a la llamada bíblica

Aunque la Biblia otorga autoridad sobre la creación al hombre, el teólogo Avery Foley del equipo de Respuestas en Génesis nos recuerda que Dios es soberano sobre todo, incluido el clima.

“Ciertamente podemos impactar el medio ambiente, y lo hacemos, pero no somos el ‘todo’ y el ‘fin de todo’ que sucede aquí en la tierra. Dios existe y su plan triunfará. Y reveló que la vida en la Tierra no terminará debido al cambio climático provocado por el hombre. Terminará cuando Dios juzgue la tierra con fuego y cree nuevos cielos y una nueva tierra”.

Foley recuerda que cuando Dios le prometió a Noé que nunca más destruiría a los seres vivos como lo hizo en el Diluvio, añadió otra promesa: “Mientras dure la tierra, la siembra y la cosecha, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche nunca cesará”. (Génesis 8:21-22)

Por lo tanto, Foley cree que a pesar de la responsabilidad de la humanidad con la naturaleza, el enfoque principal de Dios está en las personas. “La creación de Dios es importante para Él, pero nosotros somos mucho más valiosos que los gorriones a los ojos de Dios. Por lo tanto, siempre debemos tener un enfoque de ‘los seres humanos primero’ para los problemas ambientales”, dice.

“Muchas de las políticas radicales sugeridas por los alarmistas tendrán efectos perjudiciales para los pobres”, explica. “Es poco probable que las personas que apenas logran sobrevivir se concentren en el medio ambiente o en el impacto de sus acciones (quemar áreas de selva tropical, contaminar ríos con basura, etc.). Tu enfoque principal, y comprensiblemente, será de dónde vendrá tu próxima comida”.

El peligro del diálogo interreligioso

Otro punto que llama la atención es el llamado ecuménico de la COP 27. Según el pastor Hernandes Dias Lopes, la unión de todas las religiones no es un avance, sino una amenaza para la Iglesia de Cristo.

“Debemos afirmar que no hay unidad espiritual fuera de la verdad, así como la luz y la oscuridad no pueden coexistir. No podemos ser uno con los que niegan la salvación por la gracia de Cristo Jesús. No es un acto de amor dejar que aquellos que caminan por el camino ancho de la condenación vayan ‘en paz’ ​​por ese camino de muerte. Este falso amor huele a muerte”, destaca el pastor.

“Esa actitud de tomarse de la mano con todas las religiones, en una especie de convivencia armónica, creyendo que toda religión es buena y lleva a Dios es una falacia. Toda religión es vana si no predica a Cristo, y éste crucificado. ¡Toda religión separa al hombre de Dios a menos que proclame a Jesucristo como el único camino a Dios! Dejemos este discurso falaz de amor para todos, y amemos de verdad a las personas, de todas las religiones, predicándoles, con sentido de urgencia, el evangelio que exige arrepentimiento y fe y ofrece la vida eterna”, observa Lopes.

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