Rodrigo Abed paso de galán de novelas a pastor y conferencista “El amor de novelas no existe”

Fue hace 20 años cuando Rodrigo Abed consolidaba su carrera como todo un galán de telenovela, pero también como villano. Gracias a “Cuando seas mía” y “El señor de los cielos”, el actor nacido en la Ciudad de México pudo ganar popularidad y reconocimiento. Pero otros títulos importantes en su trayectoria fueron “El Chapo”, “Cañaveral de pasiones”, “Las Trampas del deseo” y “Mirada de mujer, el regreso”.

En 2005, Rodrigo grabó “Cicatrices” en un momento muy difícil de su vida y eso lo llevó a tener un acercamiento a la vida y costumbres cristianas. Según el artista, al terminar la cinta donde interpretó a Julián Olea el productor le obsequió una biblia y fue allí cuando comenzó a acercarse a la palabra de Dios.

A sus 52 años, el actor es uno de los conferencistas cristianos más famosos y continúa su gira de presentaciones por distintas ciudades del país. “Empecé a tener una comunicación con Dios y a partir de ese momento todo tenía sentido, la vida estaba cambiando”, ha sido parte de declaraciones que ha dado para algunos medios, consultado por su presente.

“Yo lo que trato de decirles en estas conferencias es que el amor de las telenovelas no existe”, ha mencionado también el pastor. Es por este motivo que, concentrado en su nuevo rol en la sociedad, Abed ha decidido alejarse de los set de grabación. Pero no ha dejado de tener contacto con sus seguidores.

En Instagram, el pastor tiene más de 29 mil seguidores que lo apoyan en cada conferencia cristiana que da. El ex artista es muy activo en la red social de la camarita y lleva también su mensaje religioso por ese medio, al igual que los anuncios de su agenda de presentaciones. “Para mí es una gran sorpresa descubrir nuestro país, lo grande que es, cuánta gente y que diverso”, ha dicho respecto de su recorrido por el país.

Pero también confesó, para el medio El Sol de Tampico, su percepción acerca de los mexicanos y su relación con Dios: “Me encanta descubrir a donde quiera que voy, me encuentro con gente tan linda y necesitada en su corazón, por un apapacho de papá Dios, me encanta estar acá qué cosas tan bonitas tienen en sus plazas, qué bonita la arquitectura del lugar”.

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