Pastor ruso dice que ha vivido “el año más duro” de su ministerio de guerra

El pastor ruso Evgeny Bakhmutsky reveló que desde que Rusia inició “operaciones militares especiales” en Ucrania, ha tenido el año más difícil de su ministerio, lidiando con la ansiedad, ayudando a los refugiados, el odio de las personas tanto fuera como dentro de Rusia, la presión financiera y estrés de una gran congregación afectada.

“La primera semana, lloré todos los días en mis oraciones. Si pudiera ir al Kremlin oa la Plaza Roja y hacer algo para detenerlo, lo haría. Sé que Dios juzgará a todos. Vi a tanta gente sufriendo y confundida. Me pregunté qué pasaría. Fue realmente difícil”, dijo.

Sin embargo, Bakhmutsky también pudo ver claramente la mano de Dios. Durante los últimos 12 meses, se han abierto nuevas oportunidades para el ministerio. Según él, la gente ha venido a la fe y su iglesia está atrayendo a cientos de visitantes.

“La gente está mucho más abierta a hablar. Al mismo tiempo, los mismos cristianos son mucho más activos en la evangelización, sintiendo que esto es lo único que importa en última instancia. Veo que a muchas iglesias les va muy bien, incluso cuando enfrentan dificultades. Se animan”, apunta.

Además, el pastor dice que aunque Rusia había estado movilizando tropas durante meses, la invasión real tomó a muchos de ellos por sorpresa, incluso a los de Moscú. Señala que muchos pensaron que esto no podía suceder porque, como es su caso, algunas familias estaban muy unidas a Ucrania.

Así, desde que comenzó el conflicto, casi 3 millones de ucranianos han cruzado la frontera hacia Rusia. Según el párroco, para muchos de ellos esta era la única salida. Casi tan pronto como comenzó la invasión, su teléfono comenzó a sonar con personas que buscaban ayuda.

“Así que tenemos múltiples conexiones cuando la gente piensa en Moscú. Fue un desafío porque había limitaciones en moneda extranjera como el dólar estadounidense. Se ha vuelto casi imposible proporcionar ayuda financiera directamente”, revela, según  The Gospel Coalition.

Como tal, la Iglesia Bíblica Rusa se ha unido a otras iglesias evangélicas, muchas de ellas parte de la Ekklesia, para extenderse a lo largo de la frontera ruso-ucraniana, incluso en Crimea, que fue incautada por Rusia en 2014. Desde entonces, la iglesia del pastor Bakhmutsky tiene aproximadamente 50 personas constantemente ministrando a los refugiados.

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