Filipinas mantiene ritual para simular la crucifixión de Jesús “usan clavos de verdad”

En el mundo hay formas extremas de revivir la Pasión de Cristo. Las representaciones del Viacrucis generan mucha expectación entre los creyentes, pero se vuelven tan reales y dolorosos en países como Filipinas, donde se clavan de verdad a los participantes.

Cada año en San Pedro de Cutud, al norte de Filipinas, varios creyentes se ofrecen como voluntarios para representar el evento trágico de Jesucristo de la manera más apegada posible. Con clavos de hierro reales, estos devotos se clavan en cruces de madera para emular la crucifixión del nazareno, ante la mirada expectante de los asistentes locales y extranjeros, en una práctica sumamente dolorosa y violenta.

Antes de llegar al punto de la crucifixión, los feligreses voluntarios van en procesión flagelándose las espaldas al punto de hacerse sangrar, representando así el camino tortuoso que Jesús caminó al punto de su tragedia.

Posteriormente, se lleva a cabo el salvaje proceso de clavar a los voluntarios, quienes muestran caras de dolor por el proceso realista de su castigo.

A pesar de que las autoridades sanitarias e incluso los dirigentes de la iglesia ya se han pronunciado en más de una ocasión en contra de esta práctica, el rito anual continúa atrayendo participantes y enormes multitudes a la provincia norteña de Pampanga.

Hay de hecho personas que se ofrecen cada año, como una manera de probar su devoción por el sacrificio de Jesús por los pecados del mundo. Rubén Enaje, de 63 años, fue clavado en la cruz por 34° vez esta Pasión de Cristo 2023.

Al parecer no se se le ve un posible final pronto a esta escabrosa forma de demostrar la fe en Filipinas, pues incluso después de la pandemia por la covid-19, los feligreses retomaron el evento.

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