Psicóloga aborda la importancia de la salud pastoral y denuncia situaciones ‘desesperadas’

Los puestos de liderazgo muchas veces exigen mucho de quien los ocupa, y en el ministerio pastoral esto puede significar un doble desafío, ya que involucra no sólo cuestiones humanas, sino también espirituales. Esto es lo que aborda la psicóloga Clarice Ebert en su libro “Pastoral de la salud: reflexión y prevención”, recién publicado.
Gran parte de esto, según el profesional, se refiere a la visión errónea de que los pastores serían inmunes al sufrimiento personal por diversas razones, como conflictos matrimoniales, financieros, profesionales y de otro tipo.
“Trabajando en este contexto, durante más de cuarenta años, en colaboración con mi marido Claudio Ernani Ebert, que es pastor, fue posible vivir numerosas situaciones enriquecedoras y edificantes, pero también muchas extremadamente repugnantes”, afirmó Clarice.
varios desafíos
Según la psicóloga Clarice Ebert, la pastoral de la salud se inserta en un contexto de numerosos desafíos, teniendo en cuenta el variado escenario de las personas y de las tradiciones eclesiásticas. Por ello, en su libro tuvo que reunir diferentes registros para poder trazar un panorama más comprensible sobre el tema.
“Afrontar las discrepancias entre historias felices, angustiosas y desesperadas generó interés en los estudios, especialmente buscando comprender la dinámica del contexto del ejercicio del ministerio pastoral”, dice el autor.
Sobre los peligros que enfrentan los pastores en el contexto de la salud pastoral, el autor menciona algunos que van desde “inadaptación matrimonial y familiar”, así como “desorganización financiera, de tiempo y de agenda, malos conocimientos, carácter dudoso, mitomanía, personalidad narcisista y/o o con rasgos psicopáticos, falsa espiritualidad y culpa”.
“A estos desafíos se suma el peligro de la ideología del éxito, la deshumanización, las expectativas de liderazgos míticos y las influencias de la posmodernidad”, subraya el psicólogo.
Mirada humana
Clarice Ebert subraya que los pastores no deben perder la conciencia de su propia humanidad, ya que esto es lo que les hace capaces de pedir ayuda cuando sea necesario. Esta mirada humana sobre la figura del líder debe provenir también de la iglesia y de sus familiares.
En este sentido, según la psicóloga, la mejor manera de cuidar la salud pastoral es establecer estrategias de “movilización colectiva”, donde “se busque modificar lo que causa sufrimiento junto con el trabajo pastoral colectivo, en una socialización del sufrimiento a través del diálogo”. , con el objetivo de generar cooperación, confianza y solidaridad”.
“Esta perspectiva tiene una importancia especial para el contexto pastoral, ya que las Escrituras nos guían a funcionar como un organismo vivo, como Cuerpo de Cristo, donde el compartir y el cuidado son mutuos”, continúa el autor.
Para Clarice, “los pastores deben aceptarse como seres humanos y ser más conscientes de sus límites y posibilidades. Cómo los humanos, no los mitos, pueden asumir sus vulnerabilidades”.