ORACIÓN POR HAITÍ… Los cristianos son víctimas del caos que reina en Haití

En Haití han muerto aproximadamente 2.500 personas en lo que va del año, 1.000 han resultado heridas y casi 970 han sido secuestradas. Los datos fueron informados por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA).

Sólo en la segunda quincena del mes pasado, 71 personas murieron, varias resultaron heridas y más de diez mil lugareños se vieron obligados a huir de sus hogares debido a graves violaciones de los derechos humanos perpetradas por grupos delictivos en todo el país.

“La comunidad humanitaria está profundamente preocupada por esta nueva escalada de violencia extremadamente brutal. Familias enteras, incluidos niños, han sido ejecutadas, mientras que otras han sido quemadas vivas”, declara el Coordinador Humanitario interino de la ONU, Philippe Branchat.

Estados Unidos tuvo que cerrar su embajada en Haití debido a los tiroteos cercanos. La violencia de las bandas tiene a Puerto Príncipe y sus alrededores sumidos en la anarquía. Las bandas también secuestraron a una enfermera estadounidense y a su hija hace dos semanas. Gracias a Dios, ambas fueron liberadas.

 

Cristianos en medio del caos

Organizaciones sociales de Haití denunciaron recientemente que todas las iglesias de ese país están cerradas debido a la extorsión y el chantaje del que son víctimas por parte de las bandas criminales que les exigen pagos para permitir la celebración de los cultos religiosos.

Maxo Joseph, de la fundación Visión por Haití y por el Mundo, reveló que las bandas criminales secuestran a los miembros de las iglesias en Puerto Príncipe para pedir rescates de hasta 100.000 dólares y si esas sumas de dinero no son pagadas los feligreses no son liberados.

“Ahora ya es un problema mundial y una situación así, como pastor que soy, siento que tengo que hacer un llamado por mi país pero también apoyo de la comunidad internacional”, comenta Joseph.

Como informó Evangélico Digitalvarios cristianos fueron asesinados por una banda criminal a finales del mes pasado, durante una marcha donde distintas iglesias cristianas clamaban por la liberación del país de la delincuencia armada que los ha sometido por años.

Según informes de periodistas locales y grupos de derechos humanos, los manifestantes fueron atacados por las pandillas con ametralladoras pertenecientes a una banda que controla uno de los barrios más peligrosos de la capital.

En un video difundido en redes sociales el pastor misionero en Haití, Eleasin Torres, de la Iglesia de Dios Valle de Bendición en Puerto Rico hizo un llamado de atención sobre la situación en el país. “Haití está atravesando el peor momento de su historia” asegura Torres. “Varios de los barrios donde tenemos iglesias establecidas han sido ocupadas por los criminales de las bandas que se han apoderado del país”.

El pastor agrega que su iglesia, que tiene cincuenta años de fundada, por primera vez no puede funcionar. “El templo ha permanecido cerrado. Nuestros hermanos han tenido que huir con las pocas cosas que han podido sacar con ellos, porque la muerte ronda por todos esos lugares”.

 

La violencia se limita a la capital

Roseline DeHart, del ministerio Para Haití con Amor, aclara: “Sólo porque vean algo en las noticias sobre Haití, no todos los haitianos son malos. No todo el mundo es malo. Hay gente buena y hay gente que hace daño en Haití”.

De acuerdo con Mission Network News, la violencia en realidad se limita al sur de Haití. Para Haití con Amor dirige una clínica que atiende niños quemados en la ciudad de Cap Haitien, al norte del país, donde no hay violencia de bandas.

Esto fue confirmado también por el pastor Torres, “en los campos todavía hay un poco más de libertad, pero la ciudad está acorralada. Puerto Príncipe está sitiada, las bandas criminales se la han dividido por secciones”.

DeHart explica que “mientras se repiten estas malas noticias, tenemos gente que nos llama para ver si estamos a salvo, si estamos bien. Les sigo diciendo que Cap Haitien está bien. Es normal”.

Lamentablemente, “cada vez que Haití sale en las noticias, nuestra contribución disminuye porque la gente no quiere enviar el dinero pensando que no se reduce por todos los problemas que hay”, agrega. “Así que nuestra contribución ha bajado y tenemos dificultades para comprar suministros para la clínica. Cuando alguien viene a la clínica, no podemos decirle que no, porque está sufriendo. Así que nos gustaría que oraran por nosotros. Quizá Dios hable con alguien para que nos ayude a comprar lo que necesitamos para la clínica”.

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