Musulmana se rinde a Jesús y evangeliza a su propio padre, quien casi la mata

Nacida de una madre estadounidense en una familia musulmana conservadora, Aisha había cometido muchos “pecados” según el Islam: primero cuestionó a Alá, Mahoma, el Corán y finalmente, la salvación.

Aunque su familia estaba arraigada en el Islam, su padre era un alcohólico que la golpeaba y escupía.

“Me puso nombres que ningún padre debería llamar a una hija”, dice.

A pesar de su adicción, trató de mantener las tradiciones del Islam en casa religiosamente. Con eso, Aisha no encontró amor, ni en la familia ni en la religión.

Aisha entregó su vida a Jesús, nació de nuevo y luego fue bautizada.

Durante años, luchó contra su ira contra su padre. Hace cuatro años, le contó a su padre por teléfono sobre el perdón de Jesús. Se estaba muriendo de enfermedad debido al alcoholismo y ella esperaba que él rechazara el mensaje de Cristo, pero él recibió a Jesús con entusiasmo.

“Viví con tanta vergüenza y condena, con todas estas cosas que me han agobiado todos estos años”, dice. “La única libertad que encontré fue en Jesucristo”.

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