Las mujeres cristianas corren un doble riesgo de persecución
La Lista Mundial de Persecución, elaborada anualmente por el Puertas Abiertas, analizó por primera vez la diferencia entre géneros en los países que registran casos de persecución religiosa y percibió que las mujeres cristianas corren un doble riesgo de persecución.
El estudio “Los perfiles de persecución de género” revela una sorprendente exploración en múltiples capas de las vulnerabilidades estructurales de las mujeres cristianas: se exponen a casi el doble de factores de persecución que los hombres cristianos.
El equipo de la Lista Mundial de la Persecución investigó y concluyó lo que pocos, incluso en la iglesia libre de persecución, quieren reconocer: que las complejas presiones que las mujeres cristianas experimentan regularmente son las más crueles y muy diferentes de las que los hombres son sometidos.
Durante las entrevistas y observación a grupos de mujeres en los más diversos países, un gran número de presiones “comunes” listadas por las mujeres en relación a los hombres es casi significantemente impar. En los contextos donde las mujeres ya están en desventaja, en los países en los que están obligadas a mantenerse al margen de la sociedad, las mujeres cristianas son específicamente y más a menudo objeto de tres tácticas de coerción, violencia y persecución: matrimonio forzado, violación (muchas veces colectivo) y otras formas de violencia sexual.
Mientras los hombres cristianos en países de persecución son sometidos al desempleo, trabajos indignos y sufren con torturas, apedreamientos y prisiones.
Las mujeres cristianas sufren abusos verbales y físicos, amenazas, palizas, detenciones, interrogatorios, multas, arresto, pérdida de empleo, discriminación, excomunión, arresto domiciliario, matrimonio forzado, violencia familiar y violación, vergüenza, divorcio y pérdida de bienes.
