TODO OBRA PARA BIEN!! La crisis en argentina acelera el avivamiento evangélico

A través de programas de alivio y contención, la presencia de la Iglesia Evangélica dirigida por los pentecostales es cada vez más visible entre los argentinos , ahogada por una brutal crisis económica, con una tasa de pobreza del 35.4%.

Con gran capacidad de movilización, a través de espacios en estaciones de radio y televisión , los evangélicos marcan el territorio en casi todas las provincias de un país tradicionalmente católico, donde nació el Papa Francisco.

De indudable influencia en el debate sobre la familia, el aborto y la sexualidad en todos los ámbitos de la vida, los “políticos de todos los lados” cortejan a este grupo con vistas a las elecciones del 27 de octubre.

“No hay una situación adversa que no pueda transformar”, dice el pastor pentecostal Alberto Rey, con un carisma de líder de la banda de rock.

“¡Todo lo que necesitas está en Él y en nadie más que en Él!”, Dice Rey, de 52 años, a miles de personas que levantan la mano en la Iglesia Blessing Spring.

Al final del servicio, los pastores en la primera fila pusieron sus manos sobre la cabeza de los “hermanos” que se acercaban. Muchos lloran

“Vivimos en otras crisis y Dios nunca nos ha dejado indefensos”, dice Aldana Masuco, de 38 años.

El avance evangélico en Argentina comenzó en 2001, cuando el país experimentó la peor crisis económica de su historia.

“Su influencia y legitimidad ha sido innegable desde entonces”, dice Marcos Carbonelli, PhD en Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.

“Las iglesias evangélicas tienen un discurso que se adapta mejor a la crisis. Muchos también se acercan a la red de ayuda social, encuentran trabajo o consuelo en la comunidad ”, explica el analista, investigador del CONICET, el organismo estatal que promueve el estudio científico en el país.

“La clase política lo sabe y los usa en sus programas”, agrega.

El gobierno liberal de Mauricio Macri recurrió a ellos a fines de 2018 para la distribución de alimentos en las zonas más pobres de las afueras de Buenos Aires.

En Buenos Aires, conquistaban casi todos los barrios, en cines o antiguas salas transformadas en iglesias gigantes y miles de “celdas”, como se conoce a los hogares de personas que organizan “miniculturas”, guiados por su pastor.

“En los últimos diez años, el crecimiento se ha acelerado; ¡es enorme! ”dice el pastor Ruben Proietti, líder de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).

“En cada vecindario hay más iglesias evangelistas que iglesias católicas”, agrega.

Según los miembros de ACIERA, hay más de 5,000 templos en Buenos Aires, y aunque no hay cifras oficiales sobre el número de fieles, se estima que ha aumentado del 8% de la población adulta a casi el 20% en una década.

De todos modos, el fenómeno está lejos de lo que se ve en Brasil o Guatemala, este último considerado su “capital” en la región. Según un informe del instituto de investigación Latinobarómetro, en la mayoría de los países centroamericanos, con la excepción de Panamá y Costa Rica, la religión católica ya no es una mayoría y gran parte de su población se refina a sí misma como evangélica.

Líder político

Las movilizaciones en 2018 contra un proyecto de ley para legalizar el aborto no dejaron dudas sobre su progreso y los pastores evangélicos se convirtieron en líderes que no podían ser ignorados.

Sin embargo, un partido o líder político como en Brasil aún no ha surgido.

“Vienen y preguntan, políticos de todos lados y les damos la bienvenida”, dice Proietti al desestimar los informes de prensa que están relacionados con el gobierno de Macri.

Por ahora, su representación en la clase política argentina es mínima.

“A pesar de sus estrechos vínculos con los políticos del gobierno y la presencia de algunos evangélicos en el gobierno, no creo que encontremos pastores que sean candidatos para gobernadores o presidentes en Argentina”, dice Carbonelli.

Transformación espiritual

Los evangélicos se definen a sí mismos como personas que logran la “transformación espiritual a través del Espíritu Santo”. Para ellos, los dones del Espíritu Santo incluyen la capacidad, por ejemplo, de curar enfermedades o profetizar.

“Fui arrojado a una cama, encerrado hasta que conocí a Dios”, dice Evel Lorena, de 48 años. Por su parte, su esposo, Alfredo Mendoza, cuenta su tiempo en la “oscuridad” después de quedar desempleada y cómo cambió todo.

“Hoy tengo un muy buen trabajo gracias a Dios”, dice el camionero.

Carbonelli advierte que no es para todos: “Requieren una vida familiar y sexual que no todos están dispuestos a seguir”

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